CUEVAS DEL VALLE - RAMACASTAÑAS
El Puerto
del Pico es uno de los sitios por el que he pasado muchas veces, pero me
sigue gustando pasar por él y me sigue sorprendiendo su belleza. La calzada
romana serpentea por la ladera, la carretera también lo hace, pero por otro
lugar. Y al fondo los pueblitos del barranco de las cinco villas.
Doy un paseo por Cuevas del Valle, pueblo que no se ha
destruido del todo. Todavía quedan las casas con las balconadas tradicionales,
pero las calles están cada vez más tranquilas y los ancianos pueden sentarse a
charlar en la calle.
Las cuevas del Águila, en Ramacastañas, son mágicas.
Todas las cuevas que he visto, cuando están llenas de estalactitas y
estalagmitas, tienen algo de magia, son como un mundo de fantasía, de ilusión,
son un mundo irreal.
Estas cuevas llevan muchos años abiertas (más de 50) y
están muy bien acondicionadas, tanto en su itinerario como en la iluminación.
Lo
sorprendente es que a cada paso se descubren nuevos aspectos, nuevas visiones,
tanto que la mirar para atrás uno no reconoce por donde se ha venido.
Las personas
con imaginación ven animales, ven figuras, ven de todo. Yo ya no soy ningún
niño, pero aquí no me cuesta creer que en este lugar viven gnomos, hadas,
trolls o cualquier ser fantástico, pero a condición de que sean buenos.
En un
lugar con tanta belleza no puede tener cabida ningún tipo de maldad.
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