viernes, 28 de diciembre de 2018


BASÍLICA DE SAN VICENTE
 HISTORIA DE SAN PEDRO DEL BARCO
 LA HUELLA DE LA MULA.
         San Pedro del Barco es un santo abulense que nace en el año 1088 pero del que no se escribe nada hasta el año 1500 aproximadamente. Mucho de esos escritos se basan en la tradición oral, es decir, en leyendas.

         Hacia 1088 nace Pedro en las inmediaciones de la localidad de El Barco de Ávila. Desde la niñez dio muestras de su bondad. Al quedarse huérfano se retiró a unas tierras y empezó a roturar y a labrarlas, así como a socorrer a los pobres y a enseñar a las gentes. La leyenda cuenta que unos ciervos o corzos le ayudaban a roturar la tierra tirando del arado como si fueran bueyes. Y ya estamos con los símbolos: el ciervo es una imagen de Cristo, es pues el mismo Cristo el que le ayuda.

         Creció la fama de su virtud y el Obispo de Segovia le nombró canónigo de su Catedral. En 1149, tras muchos años de servicio, regresa a su localidad natal y a sus ocupaciones campesinas. Sin embargo, sobrepasa los setenta años y debe buscar un ayudante, un mozo que le ayude.

         Le preocupa saber cuándo morirá y así lo pide en oración.  Y así lo pide en oración. Recibió como contestación: “Morirás cuando el agua de la fuente se convierta en vino”.

         En octubre de 1155 mandó a su mozo a por agua a un manantial cercano. Al probarla observó que era vino. A los 3 días murió.

         Es extraña esta preocupación de un hombre muy piadoso de saber cuándo quiere morir. Los santos están deseando morir para estar con Dios. Quizá esta leyenda solo sea un intento de mostrar su unión y comunicación con Dios, ya que es el mismo Dios el que le contesta. Lo que quizá se quiere mostrar es su cualidad de santo.

         Estos hechos milagrosos y su propia santidad eran conocidos en muchos kilómetros a la redonda y varias ciudades querían llevar los restos mortales a sus iglesias. Y es que poder orar junto a los restos de un santo era como una garantía de que las plegarias serían escuchadas y que la virtud de ese santo pasaría en cierta medida a los fieles.

         Así que Ávila lo solicitó como sede episcopal, Barco como localidad natal y Piedrahita como lugar de nacimiento de su madre. Como no había acuerdo, se toma una decisión en la que intervendría la suerte o los designios divinos: los restos, conservados en sal, se montaron a lomos de una mula y se condujo al animal a uno de los caminos que circundan la localidad de Barco. Donde se parase la mula allí sería enterrado. Y se la dejó suelta. La mula comienza a avanzar hacia el este, por la calzada que conduce a Piedrahita. Pero, al llegar a este pueblo, continuó avanzando. A su paso por los pueblos las campanas se volteaban solas milagrosamente, los endemoniados se curaban de sus males y ocurrían toda clase de milagros. La mula se dirigió hacia Ávila y, al llegar a la iglesia de los Santos Vicente, Sabina y Cristeta, se introdujo en el interior del templo, y en un punto próximo al Altar Mayor, pegó un fuerte golpe contra el suelo con una de sus pezuñas y se desplomó muerta. Todos interpretaron que el designio divino había sido el que San Pedro del Barco yaciera en aquel templo.


         En la Basílica de San Vicente se conserva la huella de una herradura en las inmediaciones del altar.

         Y la esforzada mula fue enterrada al lado del cubo de la muralla más próximo a la iglesia, en un cubo en el que sobresale la cabeza de un verraco de los vetones, que se utilizó para la construcción de la muralla.



         Ese cabeza de verraco ya estaba ahí antes de que S. Pedro muriese y en definitiva es otra señal más de la santidad de este hombre, pues Dios, en su infinita sabiduría, ya dispuso todo sabiendo lo que iba a ocurrir. En definitiva, este santo, ya estaba elegido por Dios aun antes de que naciera.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

SAN VICENTE
Ubicación de la iglesia
         Normalmente el turista no se da cuenta de donde está edificada la iglesia de San Vicente. 
         Delante de la iglesia, por su cara sur, hay una amplia explanada con una ligera inclinación. En la cara sur y en la oeste están las puertas de acceso a la misma altura de la calle.
         Pero si nos acercamos a la parte oriental, donde están los ábsides, vemos que hay un barranco, en el cual los ábsides tienen una considerable altura y tienen unas ventanas cerca del suelo.
         Desde aquí vemos claramente que la iglesia está construida sobre un barranco o cortado
En la parte norte se ve todo el muro de contención para que el barranco no se desmoronase con el peso de la iglesia.
         ¿Pero por qué hacer una iglesia sobre un barranco, con las dificultades que ello conlleva cuando a pocos metros el terreno es llano?
         Toda la explanada que hay entre las murallas y la actual iglesia fue el cementerio romano. A estos santos les martirizan los romanos en el año 305 ó 307 d.C. pero en esa época a los delincuentes no se les enterraba, se les tiraba por ese barranco para que se les comiesen las alimañas.
         Los cristianos que había en la ciudad recogerían los cuerpos y los enterrarían allí muy discretamente. Una vez pasadas las persecuciones romanas y declarado el cristianismo como la religión oficial, los cristianos construirían una pequeña iglesia en el lugar del martirio y enterramiento, tal como era costumbre en la época. Hay restos arqueológicos de que en el fondo del barranco hubo una pequeña iglesia paleocristiana en el siglo V o VI. Cuando en el siglo XII se hace la actual iglesia se hace sobre los restos de la antigua, y la cripta es el lugar santo por excelencia ya que allí reposaron los cuerpos de los santos.
         Todo lo que se cuenta sobre el judío que se convierte y hace una pequeña iglesia es una leyenda que tiene una base real. ¿Hasta qué punto es real? No lo sabemos.
         En la pared occidental del brazo sur del transepto hay una inscripción con caracteres góticos fechada en 1307 informando de que bajo la misma se enterró el judío delator de los santos mártires y que arrepentido los enterró y edificó el primer templo:
"EN ESTA SEPULTURA DEL SUELO ESTÁ ENTERRADO EL JUDIO Q POR MILAGRO DE DIOS SE TORNÓ +(CRIS)TIANO E YZO ESTA IGLESIA DE SANT VICENTE DE AVILA. AÑO CCCVII"
         La cripta deja de ser el lugar mas importante cuando los cuerpos se llevan al sepulcro. Entonces se pone en esa cripta la imagen de la virgen de la Soterraña, una imagen de estilo románico, que actualmente continúa allí.
         En el ábside sur de la cripta está parte de la pared por donde arrojaron el cuerpo de los mártires y un orificio por donde salió la serpiente que se enroscó sobre el judío.
         Cuando yo era niño las iglesias estaban abiertas, y alguna vez entrábamos a la iglesia y bajábamos a la cripta. Era sobre todo un acto de valor, de valentía. Mirábamos el agujero no muy convencidos de que no volviese a salir la serpiente. Y cuando subíamos las oscuras y estrechas escaleras de la cripta lo hacíamos a todo correr, no siendo que saliese la serpiente o un demonio y nos pillase. Al llegar al final de las escaleras mirábamos hacia abajo y nos decíamos ¡De menuda nos hemos librado!
         Justo al lado de las escaleras que bajan a la cripta está una reja románica considerada como la más importante de Castilla.

         En la nave sur, frente a la puerta de ese lado hay una bella talla gótica de la Virgen Blanca. Es del siglo XIV. Luce un manto decorado en estilo mudéjar (los mudéjares eran musulmanes que vivían en territorio cristiano), lo que nos habla de la gran conexión e influencia que había entre las comunidades cristianas y musulmanas, que incluso llegaban a cosas tan trascendentes como la ropa que llevaba la Virgen.  El Niño lleva un manto con decoración a base de escudos de Castilla y León.

martes, 25 de diciembre de 2018


SAN VICENTE – Tumba de los Santos (2)
         En la cara de la tumba que da a la entrada de la iglesia hallamos una imagen de Cristo flanqueado por dos de los símbolos de los evangelistas. El porqué no están los cuatro símbolos nos es desconocido. Hay autores que argumentan que es por falta de sitio para conseguir una buena composición plástica. Lo dudo. En los capiteles románicos se saca sitio de donde no lo hay y plásticamente quedan casi todos de maravilla.  Por debajo de Cristo está la rosa juradera.
         En casos complicados para los jueces, éstos podían solicitar que el acusado jurase su inocencia en un templo juradero. En el Reino de Castilla, existían tres templos juraderos: San Isidoro en León, Santa Gadea en Burgos y esta Basílica abulense de San Vicente. Los que juraban lo hacían metiendo sus dedos dentro de la roseta y la otra mano sobre las Sagradas Escrituras. Si mentían al jurar, cuenta la leyenda que se les paralizaba el brazo. Estos juicios fueron abolidos por los Reyes Católicos.
         Por debajo de la rosa está Atlante o Atlas, al que según la mitología griega, Zeus condenó a cargar sobre sus hombros los pilares que mantenían la Tierra separada de los cielos. El simbolismo es claro: si el juzgado mentía al jurar, el Atlante dejaría de sostener el cielo, y sobre él que había jurado en falso caerían los cielos, es decir, caería el peso de Dios, o lo que es lo mismo la justicia divina.
         Ya dije que en las esquinas están representados los apóstoles de dos en dos. Aquí vemos a 4 de ellos.
         En la otra cara de la tumba, la que mira hacia el altar está representada la adoración de los Reyes Magos. En nivel inferior y sobre las columnas de las esquinas vemos dos escenas complementarias de la central. En la de nuestra izquierda los tres Magos a caballo, camino de Belén. A nuestra derecha los tres Reyes durmiendo en un solo lecho reciben en sueños el mensaje del ángel para que no regresen a dar cuenta a Herodes del lugar del nacimiento de Cristo.

               Hay muchas interpretaciones sobre la simbología de los Reyes Magos. ¿Qué quiso decir el escultor? No lo sabemos exactamente, pero dado que estas esculturas están sobre la tumba de unos mártires que mueren por mantener su fe en Cristo, no es osado pensar que estos tres reyes oyen la llamada de Dios y acuden, desde diversas partes del mundo, y le reconocen como tal. Y en lugar de quedarse con Cristo, con Dios, se marchan, orientados por el ángel de Dios,  para dar a conocer la buena nueva y para comenzar una nueva vida más rica interiormente, más rica en su espiritualidad.


lunes, 24 de diciembre de 2018


SAN VICENTE – Tumba de los Santos (1)
         La gran joya del interior de la iglesia es el cenotafio o tumba de los santos mártires Vicente, Sabina y Cristeta. Son tres hermanos que nacen en Talavera en el siglo III y mueren en el 304 ó 307 en la persecución contra los cristianos que ordena el emperador Diocleciano.
Se halla protegido por un baldaquino del siglo XV alzado sobre cuatro columnas. Luce los escudos de Castilla y León, del Papa, de la catedral y del obispo que estaba en aquel momento. Se toman mal las medidas para el baldaquino y hay que romper un poco las esquinas de la tumba para ponerle.
         Es una obra maestra en la escultura románica funeraria española. Se hace hacia finales del siglo XII.
         La zona central se decora con diez escenas, cinco por lado, del juicio, martirio y muerte de los santos.
         En la primera escena encontramos a San Vicente llevado ante el gobernador romano Daciano, en Talavera de la Reina. Ante Daciano no reniega de su fe y dice que Júpiter es un falso dios.
         A continuación, es conducido al templo de Júpiter para que se retracte ante el dios que ha ofendido.  Sus huellas quedan impresas en la piedra, como símbolo de la inamovilidad de su fe. En Talavera se conserva una roca con la huella de los dos pies y del báculo o bastón que llevaba.
          La impresión de la huella en la roca es muy común en toda la edad media y siglos posteriores. En realidad, es algo muy extendido por todo el mundo pues es muy frecuente que al erosionarse muchas rocas quede la forma de una huella de herradura o de pie humano. Esa impresión ha sido interpretada siempre como algo dejado por un ser excepcional como testimonio de alguna cualidad suya o de su presencia en ese lugar. Es como una placa que sirve como recordatorio de un suceso o un homenaje a un personaje muy importante.  La señal de la huella se repite en esta misma iglesia con la señal dejada por la mula que transportaba el cuerpo de San Pedro del Barco (algo que veremos más adelante).
         La siguiente escena no se sabe muy bien lo que representa.  Una versión dice que asustados los guardias ante el hecho de quedar marcadas las huellas se van despavoridos. Vicente recoge a sus hermanas Sabina y Cristeta y los tres huyen.
        Otra versión dice que los sacerdotes del templo consideraron las impresiones en la piedra un mal augurio y pidieron al prefecto que encerrara tres días a Vicente para ver si se retractaba. Encerrado, fue visitado por sus hermanas que le pidieron que escapara con ellas. Ayudados por centinelas huyeron. ]
 Daciano ordena su persecución a dos soldados a caballo. Los soldados van vestidos con mallas o cotas de la época medieval, y no como vestían los romanos. Todas las pinturas y esculturas sobre la edad media son una fuente documental importantísima para conocer las formas de vestir y algunas costumbres, como la de los soldados de besar la mano al rey o superior en señal de obediencia.
En la imagen aparecen los tres hermanos huyendo a caballo antes de ser prendidos por sus perseguidores.
         Toda esta serie de imágenes es muy pobre en calidad artística e información sobre los santos si la comparamos con la que hay en la cara opuesta. 

         La primera imagen muestra a los hermanos ya prendidos mientras se les despoja de las vestiduras para someterlos a suplicio. Vicente conserva algo de vestimenta, mientras las mujeres se muestran totalmente desnudas. ¿Cómo interpretar esto? La teología moral del medievo consideraba cuatro tipos de desnudo: nuditas naturalis, el estado natural del ser humano; nuditas temporalis, un estado artificial generalmente vinculado a la pobreza; nuditas virtualis, como símbolo de virtud e inocencia; y nuditas criminalis, el ligado con la lujuria y la vanidad. Aquí se trataría de la nuditas virtualis como símbolo de la virtud e inocencia de estas jóvenes.
         Plásticamente, el arco superior es el que ordena todo. Esa curvatura tiene su eco en la curvatura de los cuerpos de Vicente y su hermana llevados por uno de los soldados hacia un lado, y por la curvatura en sentido contrario de la otra hermana a la que están despojando de la ropa. Esta disposición hace que la mirada vaya tanto hacia un lado como hacia otro, sin detenerse en ningún lugar concreto y dotando a la escena de un gran dinamismo plástico.

        En esta imagen aparecen atados a potros de tortura en forma de aspa para descoyuntar sus extremidades.
            Esta es sin duda la imagen de más calidad plástica de todo el sepulcro. Es sobre todo la posición de los dos soldados la que da sensación de esfuerzo: la posición de las piernas, las curvas de las cinturas que levanta las espaldas, los brazos verticales, las cabezas hacia delante, transmiten ese esfuerzo al potro en forma de aspa que hace que sintamos el dolor de Vicente.  La posición de sus hermanas, aún no empezadas a torturar, dan más idea del sufrimiento de Vicente.  Hay que tener presente que aquí no mueren los mártires, solamente se les tortura para aumentar su sufrimiento.

          En esta imagen se muestra la cruel forma de provocarles la muerte a base de aplastar sus cráneos entre dos tablones colocando peso sobre ellos. Al tormento colabora un judío que al parecer fue su delator. Los judíos siempre tuvieron mala prensa durante la Edad Media. Estos hechos ocurren en el siglo 3º y muy posiblemente no habría casi judíos en España, pero cuando se hacen estas esculturas sí y los cristianos veían a los judíos como competidores en la fe, además de ser malvados por haber matado a Cristo.
         La posición de los tres cuerpos invita a imaginar que sus almas salen por sus bocas (en los tres están abiertas) y que suben al cielo. (plásticamente lo hacen siguiendo el cuerpo del soldado de la derecha, y que llega hasta el ángel que está encima de él, y desde allí al sudario) En el cielo aparece la Mano de Dios bendiciéndoles y dándoles acogida en el paraíso.
            De entre los cuerpos de los mártires surge una gran serpiente que se enrosca en el cuello del judío delator el cual consciente de su acción implora el perdón divino.
         Todos tenemos en mente que la serpiente representa al mal, es símbolo por antonomasia del pecado, del demonio y de perversión, pero aquí la serpiente no está haciendo nada malo. Consigue que el judío se arrepienta, no le está castigando.
          No todo en la serpiente es simbología negativa (que es la más abundante y la más conocida), sino que también posee algo de simbolismo positivo. En culturas antiguas se la relacionaba con divinidades  de la Tierra  y simbolizaba, entre otras cosas, la fertilidad, ya que habitaba en las mismas entrañas de la tierra y era considerada la encarnación de la Diosa Madre. Para los celtas, la serpiente simbolizaba la naturaleza cíclica de la vida. Al meterse por los agujeros de la tierra se hacía conocedora de todos sus secretos y poseedora de su fuerza vital. La característica de la serpiente de renovarse cambiando la piel la convierte en alegoría del pecador arrepentido, que se deshace de su condición pasada y pasa a ser un seguidor de Cristo. Es lo que hace la serpiente aquí representada.
         A continuación, en la última imagen, el judío arrepentido da sepultura a los mártires en el lugar de su muerte en el que edificó una primera iglesia.
         Continuaré hablando de otros elementos del sepulcro, pero ¿Qué hay de verdad en todo esto de la leyenda del judío?

domingo, 23 de diciembre de 2018


 Interior Basílica de San Vicente.
         Bueno, por fin entramos. Las fotos no hacen justicia de la altura y amplitud de la nave. Hay que estar dentro y dejarse llevar para sentir.
         La iglesia es relativamente luminosa, aunque todo el fondo está iluminado con luz eléctrica. Como en el fondo se puso un retablo en el siglo XVII o XVIII se quitó toda la luminosidad tan característica de los edificios de esta época. En la foto de abajo vemos la iglesia francesa de Fontenay en la que nada más entrar la vista se nos va al fondo, que es donde está el altar.
         La iglesia está orientada hacia oriente, hacia donde sale el sol, sol que ilumina el nuevo día y que entra a raudales por las ventanas (cuando no están tapadas) y que es el símbolo de Cristo: “Yo soy la Luz”. Es la luz de Cristo que ilumina el nuevo día y la vida del creyente, es la luz que atrae la mirada. Es la luz que hay que seguir a lo largo de la vida.
         Y cuando se sale de la iglesia la luz vuelve a estar presente en las ventanas de la salida y en la puerta. (Esta luz es mucho más patente al atardecer). Sigue siendo la luz de Cristo que ahora, al final del día, al final de nuestra vida, nos lleva a la luz eterna, al Cielo, al Paraíso.
         En las grandes obras arquitectónicas de la Edad Media la luz es un medio esencial para dar todo el sentido y el significado a la iglesia.

viernes, 21 de diciembre de 2018


FACHADA OCCIDENTAL DE SAN VICENTE
         La entrada principal es esta. Está un poco modificada por las restauraciones que se hicieron durante varios siglos, pues las torres son del siglo XIV o XV.
         La estructura de esta fachada occidental hay que ponerla en relación con las prácticas funerarias, especialmente al rezo por los difuntos que viene de la tradición carolingia, y que tenían especial relevancia en Semana Santa en la que se conmemora el triunfo simbólico sobre la muerte (resurrección de Cristo). Se comenzaba con un ascenso por la torre del Evangelio, metáfora ascensional ligada al sentido de la Resurrección, al pasaje de la escalera de Jacob o la representación del ascenso de Cristo al Monte de los Olivos, se paraba en un altar colocado en la parte central para celebrar los oficios y se descendía otra vez por la otra torre. (cuando se ve in situ esta iglesia todo esto se ve clarísimo)

   La entrada principal es la que se ve. Una columna con Cristo, los apóstoles a los lados y arquivoltas con un friso horizontal.  Vamos a verlo con un poquito de detalle.
         Todo lo que se representa en estas arquivoltas son vegetales entrelazados. Son una representación de la vida que da la fe, pero en realidad es un claro intento de unir las antiguas creencias en la diosa Tierra, que proporcionaba la vida y la fecundidad, en este caso representada por el mundo vegetal, con la doctrina católica.
El gran trabajo de filigranas de las hierbas y plantas era una clara ostentación del poder y riqueza de este templo, pues cuanto más elaborados sean los adornos más dinero cuestan. ¿A qué se parece mucho a lo que ocurre ahora?

  
       En la cornisa sobre la arquivolta superior se representan hombres y mujeres levantándose y alzando sus ojos al cielo o cruzando la vista formando parejas, desnudos o con un manto, podrían ser una representación de la resurrección de los justos posterior al momento de la muerte de Cristo en la Cruz. Las torrecillas que les separan bien podrían ser un símbolo de la Jerusalén Celestial.
         Es sorprendente lo bien trabajadas que están todas estas figuras. Están muy altas y desde el suelo no se perciben bien y por eso se podían haber hecho de una manera más tosca. Quizá el hombre que lo hizo disfrutaba con su trabajo, muy probablemente era un gran artista y las esculturas le salían solas así de bien.
         Vamos con las esculturas de la fachada.



         El Cristo que se presenta es a Cristo en su primera aparición después de resucitado. Y es la primera aparición porque solo hay 10 apóstoles, faltan Santo Tomás y San Pablo. Cristo resucitado es un claro triunfo sobre la muerte, muy en consonancia con todo lo que hemos visto hasta ahora de la fachada.

         Encima de la columna central hay dos cabezas de buey. El buey representa en este caso a la res que se sacrifica en ofrecimiento a Dios. Cristo se sacrifica al Padre para que todos tengamos una vida eterna.  
         En los laterales hay sendos leones que se están comiendo a personas. En el de la derecha solo se ve lo que parece un trozo de pierna.
          Los leones son como los guardianes del templo. El templo es la casa de Dios y los leones nos preguntan si estamos en condiciones de hacerlo. La humildad y el respeto deben ser las condiciones necesarias para la entrada. Esta representación tiene su origen en la puerta de los leones de Micenas. El paso a través de ellos es un tránsito a otra realidad, un acceso a otro nivel de existencia.
         Pero estos leones están devorando a personas, son leones andrófagos, animales iniciadores cuya fagocitosis supone al hombre nacer a una nueva vida. Uno engullendo su cuerpo entero con sus enormes fauces, otro mordiendo algo que se ha perdido y solo queda una pierna. El león devora, pero luego vomita y regurgita al hombre capacitándolo para una nueva vida ya que le ha dado parte de su fuerza y su potencia vital. Por eso es símbolo también de la Resurrección. Toda esta simbología tiene su origen bien en la mitología celta, en la que son los lobos y los osos los devoradores, o en la mitología de la zona de Mesopotamia, pues no hay que olvidar que el cristianismo se extiende primero por Oriente: Siria, Jordania, Egipto, etc. antes que por Europa.
     En el tímpano o semicírculo de la puerta, hay dos timpanillos muestran escenas de la parábola del rico Epulón y del pobre Lázaro.
    
     En el primero se narra la escena de Epulón en un banquete y Lázaro fuera con dos perros lamiendo sus piernas. En el segundo, partido en dos escenas, vemos la muerte de Epulón y como sobre él, su alma es tomada por demonios. A la izquierda, la muerte de Lázaro y su alma llevada al cielo por ángeles. Es una vez más el tema de la muerte y la resurrección, que está presente en toda la portada, pero aquí se avanza más en el sentido del destino o finalidad de esa resurrección: castigar o premiar, y todo ello en función de las buenas obras no realizadas o sí realizadas.