lunes, 24 de diciembre de 2018


SAN VICENTE – Tumba de los Santos (1)
         La gran joya del interior de la iglesia es el cenotafio o tumba de los santos mártires Vicente, Sabina y Cristeta. Son tres hermanos que nacen en Talavera en el siglo III y mueren en el 304 ó 307 en la persecución contra los cristianos que ordena el emperador Diocleciano.
Se halla protegido por un baldaquino del siglo XV alzado sobre cuatro columnas. Luce los escudos de Castilla y León, del Papa, de la catedral y del obispo que estaba en aquel momento. Se toman mal las medidas para el baldaquino y hay que romper un poco las esquinas de la tumba para ponerle.
         Es una obra maestra en la escultura románica funeraria española. Se hace hacia finales del siglo XII.
         La zona central se decora con diez escenas, cinco por lado, del juicio, martirio y muerte de los santos.
         En la primera escena encontramos a San Vicente llevado ante el gobernador romano Daciano, en Talavera de la Reina. Ante Daciano no reniega de su fe y dice que Júpiter es un falso dios.
         A continuación, es conducido al templo de Júpiter para que se retracte ante el dios que ha ofendido.  Sus huellas quedan impresas en la piedra, como símbolo de la inamovilidad de su fe. En Talavera se conserva una roca con la huella de los dos pies y del báculo o bastón que llevaba.
          La impresión de la huella en la roca es muy común en toda la edad media y siglos posteriores. En realidad, es algo muy extendido por todo el mundo pues es muy frecuente que al erosionarse muchas rocas quede la forma de una huella de herradura o de pie humano. Esa impresión ha sido interpretada siempre como algo dejado por un ser excepcional como testimonio de alguna cualidad suya o de su presencia en ese lugar. Es como una placa que sirve como recordatorio de un suceso o un homenaje a un personaje muy importante.  La señal de la huella se repite en esta misma iglesia con la señal dejada por la mula que transportaba el cuerpo de San Pedro del Barco (algo que veremos más adelante).
         La siguiente escena no se sabe muy bien lo que representa.  Una versión dice que asustados los guardias ante el hecho de quedar marcadas las huellas se van despavoridos. Vicente recoge a sus hermanas Sabina y Cristeta y los tres huyen.
        Otra versión dice que los sacerdotes del templo consideraron las impresiones en la piedra un mal augurio y pidieron al prefecto que encerrara tres días a Vicente para ver si se retractaba. Encerrado, fue visitado por sus hermanas que le pidieron que escapara con ellas. Ayudados por centinelas huyeron. ]
 Daciano ordena su persecución a dos soldados a caballo. Los soldados van vestidos con mallas o cotas de la época medieval, y no como vestían los romanos. Todas las pinturas y esculturas sobre la edad media son una fuente documental importantísima para conocer las formas de vestir y algunas costumbres, como la de los soldados de besar la mano al rey o superior en señal de obediencia.
En la imagen aparecen los tres hermanos huyendo a caballo antes de ser prendidos por sus perseguidores.
         Toda esta serie de imágenes es muy pobre en calidad artística e información sobre los santos si la comparamos con la que hay en la cara opuesta. 

         La primera imagen muestra a los hermanos ya prendidos mientras se les despoja de las vestiduras para someterlos a suplicio. Vicente conserva algo de vestimenta, mientras las mujeres se muestran totalmente desnudas. ¿Cómo interpretar esto? La teología moral del medievo consideraba cuatro tipos de desnudo: nuditas naturalis, el estado natural del ser humano; nuditas temporalis, un estado artificial generalmente vinculado a la pobreza; nuditas virtualis, como símbolo de virtud e inocencia; y nuditas criminalis, el ligado con la lujuria y la vanidad. Aquí se trataría de la nuditas virtualis como símbolo de la virtud e inocencia de estas jóvenes.
         Plásticamente, el arco superior es el que ordena todo. Esa curvatura tiene su eco en la curvatura de los cuerpos de Vicente y su hermana llevados por uno de los soldados hacia un lado, y por la curvatura en sentido contrario de la otra hermana a la que están despojando de la ropa. Esta disposición hace que la mirada vaya tanto hacia un lado como hacia otro, sin detenerse en ningún lugar concreto y dotando a la escena de un gran dinamismo plástico.

        En esta imagen aparecen atados a potros de tortura en forma de aspa para descoyuntar sus extremidades.
            Esta es sin duda la imagen de más calidad plástica de todo el sepulcro. Es sobre todo la posición de los dos soldados la que da sensación de esfuerzo: la posición de las piernas, las curvas de las cinturas que levanta las espaldas, los brazos verticales, las cabezas hacia delante, transmiten ese esfuerzo al potro en forma de aspa que hace que sintamos el dolor de Vicente.  La posición de sus hermanas, aún no empezadas a torturar, dan más idea del sufrimiento de Vicente.  Hay que tener presente que aquí no mueren los mártires, solamente se les tortura para aumentar su sufrimiento.

          En esta imagen se muestra la cruel forma de provocarles la muerte a base de aplastar sus cráneos entre dos tablones colocando peso sobre ellos. Al tormento colabora un judío que al parecer fue su delator. Los judíos siempre tuvieron mala prensa durante la Edad Media. Estos hechos ocurren en el siglo 3º y muy posiblemente no habría casi judíos en España, pero cuando se hacen estas esculturas sí y los cristianos veían a los judíos como competidores en la fe, además de ser malvados por haber matado a Cristo.
         La posición de los tres cuerpos invita a imaginar que sus almas salen por sus bocas (en los tres están abiertas) y que suben al cielo. (plásticamente lo hacen siguiendo el cuerpo del soldado de la derecha, y que llega hasta el ángel que está encima de él, y desde allí al sudario) En el cielo aparece la Mano de Dios bendiciéndoles y dándoles acogida en el paraíso.
            De entre los cuerpos de los mártires surge una gran serpiente que se enrosca en el cuello del judío delator el cual consciente de su acción implora el perdón divino.
         Todos tenemos en mente que la serpiente representa al mal, es símbolo por antonomasia del pecado, del demonio y de perversión, pero aquí la serpiente no está haciendo nada malo. Consigue que el judío se arrepienta, no le está castigando.
          No todo en la serpiente es simbología negativa (que es la más abundante y la más conocida), sino que también posee algo de simbolismo positivo. En culturas antiguas se la relacionaba con divinidades  de la Tierra  y simbolizaba, entre otras cosas, la fertilidad, ya que habitaba en las mismas entrañas de la tierra y era considerada la encarnación de la Diosa Madre. Para los celtas, la serpiente simbolizaba la naturaleza cíclica de la vida. Al meterse por los agujeros de la tierra se hacía conocedora de todos sus secretos y poseedora de su fuerza vital. La característica de la serpiente de renovarse cambiando la piel la convierte en alegoría del pecador arrepentido, que se deshace de su condición pasada y pasa a ser un seguidor de Cristo. Es lo que hace la serpiente aquí representada.
         A continuación, en la última imagen, el judío arrepentido da sepultura a los mártires en el lugar de su muerte en el que edificó una primera iglesia.
         Continuaré hablando de otros elementos del sepulcro, pero ¿Qué hay de verdad en todo esto de la leyenda del judío?

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